miércoles, 30 de octubre de 2013

Tai Chi Chuan más allá de la violencia

Tai Chi Chuan más allá de la violencia

Tras asistir a dos geniales seminarios con Tew Bunnag, gran Maestro de Maestros de Tai Chi, os comento lo que he ido aprendiendo a lo largo de estos seminarios (Más allá de la violencia) y con la práctica del Aikido y el Tai Chi.

Todas las artes marciales como el Aikido, el Taiji Quan o el Kárate, aunque sean bastante diferentes entre sí, son en parte sistemas ideados para la autodefensa tanto marcial como emocional para hacer frente a una situación adversa que podamos encontrarnos en un momento dado como víctimas (excepto en el caso del Aikido, en la que no hay ni vencedor ni vencido) de una agresión sea ésta del tipo que sea.  Pero si vamos más allá de fijarnos en las partes puramente destinadas a la autodefensa veremos que estas artes marciales sobrepasan el contexto marcial y emocional y pueden llevarnos también hacia una meta distinta; la espiritual.
Los fundamentos de todo arte marcial auténtico son los de conseguir estar en paz con uno mismo y con el entorno que nos rodea y llevar nuestro pequeño yo (ego) y nuestro gran yo (el universo que nos envuelve) a la meta de llegar a lo que en japonés se conoce como “Do” (Camino)  o en chino al “Tao” (el origen del Yin y el Yang según la creencia taoísta, lo que no se puede definir con palabras, lo que había antes que todas las cosas). Todas las artes marciales auténticas buscan (si se aprenden, practican y enseñan bien) enseñarnos a estar en armonía con nosotros mismos (microcosmos), la naturaleza y el universo (macrocosmos).
Por tanto, como es evidente que el buen practicante de artes marciales no aprende a usar la violencia sino a ir más lejos, más allá de la violencia se encuentra una meta a la que todos aspiramos; estar en paz con nosotros mismos y con aquellos y aquello que nos rodea y desarrollar una conciencia lo suficientemente fuerte como para desenvolvernos en el plano persona/espiritual y trascender la violencia que está presente en nuestro mundo, de la que todos formamos parte y que nosotros; practicantes de artes marciales, tenemos la oportunidad de vencer más fácilmente en nuestras prácticas marciales mediante la no violencia.

Tras la pregunta que le formulé al Maestro Tew Bunnag sobre: ¿Cómo definiría usted el Tai Chi si lo entendemos como el Chi Kung de gestualidad marcial?
El Maestro contestó:

 “El Taiji es una via para llegar al Tao y la verdadera armonía con la naturaleza, si alguien te pregunta qué es el Tai Chi, contéstale: Ve y pruébalo mismo/a”


El Taiji Quan, aunque es el Chi Kung o Qi Gong de gestualidad marcial y un potente sistema de defensa cuerpo a cuerpo, es ante todo una vía para llegar al Tao y a la verdadera armonía con la naturaleza. Lo mejor que se puede hacer si se duda sobre qué es, es: salir, encontrar un/a buen/a profesor/a y practicar este maravilloso arte de plenitud. Os animo a todos/as a que vayáis más allá del miedo y la rabia que hay en nosotros y emprendáis la meta de las artes marciales impregnadas de la no violencia, esa es la verdadera esencia de las artes marciales.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Un cuento

Cuenta la leyenda que en la China de tiempos lejanos hubo un joven que ansiaba dominar el arte de la espada y un buen día fue a ver a un reputado maestro para que le enseñara su arte.
El maestro lo aceptó como alumno, le acogió en su hogar, le señaló una escoba y le ordenó que barriera el jardín de su casa, el aprendiz así lo hizo recogiendo con prisas las hojas que cubrían el suelo.
Al día siguiente, el aprendiz preguntó al maestro qué lección de espada le enseñaría aquel día, a lo cual el maestro contestó “haz lo mismo que ayer”. Al anochecer, una vez recogidas todas las hojas que cubrían el jardín, el muchacho, agotado, se fue a descansar hasta la salida del Sol.
Al día siguiente, el muchacho, al levantarse por la mañana vio que el jardín que había barrido el día anterior volvía a estar lleno de hojas que el viento había hecho caer durante la noche. El aprendiz acató las órdenes de su maestro y estuvo todo el día barriendo. Así lo hizo, día tras día, durante cinco años.
Al cabo de estos cinco años el aprendiz le preguntó ya cansado a su maestro -¿Por qué tengo que seguir barriendo hojas? ¡No es esto lo que usted me prometió! ¡Yo siempre he querido aprender el arte de la espada! A lo que el viejo maestro  contestó: “Tú sigue barriendo el jardín” El aprendiz acató la decisión.
Y aquel aprendiz, que ya era un hombre, tras pasar diez años barriendo cada día el jardín del sabio anciano, decidió regresar a su tierra natal convencido de que el maestro le había estado engañando todo ese tiempo para tener a alguien que le limpiara el enorme jardín y así no hacerlo él. Una mañana recogió sus pocos enseres, se colgó la espada al hombro, se despidió del maestro y emprendió el camino de vuelta a casa.
 Cuando estaba cruzando un puente, unos bandidos le atacaron por sorpresa y aquel hombre, que caminaba pensativo, decepcionado y convencido de haber perdido diez años de su vida, sin sentirse temeroso y sin pensarlo dos veces desenvainó la espada, les hizo frente y en unos segundos los había vencido a todos.
Cualquier arte marcial oriental (como el Tai Chi o el Aikido) requiere un duro proceso de aprendizaje que dura en la mayoría de los casos toda la vida. Es decir que la calidad de nuestro Arte se medirá por la paciencia que hayamos estado dispuestos a tener durante el transcurso del proceso de aprendizaje durante el cual parece que no aprendemos nada, nuestra práctica diaria parece no dar fruto alguno. Con el tiempo nos daremos cuenta, como explica este antiguo relato Zen de que la práctica continua y sosegada de aquello que al principio nos era desconocido, al final resulta que nos hace no sólo más fuertes en cuerpo, mente y espíritu, sino que además nos lleva a otra dimensión del Ser que nos hace más valientes, estables y a la vez flexibles, etc.


miércoles, 14 de agosto de 2013

"El practicar Tai Chi nos dará la agilidad de un bebé, la fuerza de un leñador y la sabiduría de un anciano"

martes, 14 de mayo de 2013

Orígenes y más sobre el Taiiji Quan



Taiji Quan

Su nombre significa “boxeo de la cúspide de los opuestos”, “cúspide del boxeo supremo” es el sistema de combate basado en la idea del Yin y el Yang, proviene de la necesidad de los campesinos de defenderse con o sin armas, proteger caravanas (a ello se dedicaba la familia Chen, fundadora del Tai Chi), etc. de enemigos armados y con armadura en la antigua China. Se basa en el concepto de la energía interna o Qi de la Medicina tradicional china y en la filosofía taoísta, está íntimamente relacionado con el monasterio de Wudang. El Yin y el Yang son los eternos opuestos y complementarios a la vez, son el día y la noche, el hombre y la mujer, el blanco y el negro, lo activo y lo pasivo… aunque sean contrarios se complementan, ya que sin uno no existiría el otro.
También es conocido con el nombre de Tai Chi Chuan. Su origen se remonta hasta hace unos 700 años atrás, aunque algunos lo consideran mucho más antiguo.
Para llamarlo de alguna forma es el Chi Kung (Qi Gong, que significa trabajo o destreza de la energía) marcial.



Actualmente es un deporte heredero de una antigua tradición marcial, originaria de la antigua China y es practicado en todo el mundo por millones de personas a diario.
Es un deporte caracterizado por ser anaeróbico, por su lentitud, su suavidad, la armonía de sus movimientos y por tratar mediante el control de la respiración y la relajación físico-mental de llegar a un punto de “meditación en movimiento” de manera que con la práctica cada individuo se reencuentra consigo mismo y se mueve encontrando su lugar en el espacio y el tiempo.
El Tai Chi es un deporte apto para todas las edades pero, aunque esta faceta sea casi desconocida en Occidente, es muy recomendable para niños y gente joven al ser una forma de equilibrar la energía, de relajar y de ir puliendo el carácter de la persona y de desarrollar su capacidad de evolucionar con responsabilidad en el entorno natural y humano.
Trabaja desde las sensaciones, es decir, no trabaja conscientemente los movimientos sino que se trata de una vivencia, los movimientos se viven, se experimentan; a modo de ejemplo: para buscar la postura correcta no vale con pensarlo sino con sentirlo dentro de uno mismo. Es algo difícil de explicar pero que con el tiempo se va adquiriendo durante un proceso que dura toda la vida. Se dice que “nunca haremos bien Tai Chi, lo haremos más o menos bien o más o menos mal”.
Los movimientos se distribuyen en diferentes tablas de posiciones con transiciones entre ellas que se denominan “formas”, hay multitud de ellas en cada estilo de Tai Chi y hay muchísimos estilos que están en continua evolución creando nuevas escuelas y creando también nuevas formas. Existen formas con y sin armas.
Probablemente sea el deporte más completo que existe, trabajando sobre las sensaciones, lo consciente y lo inconsciente a la vez, sobre la coordinación, la resistencia física y todos los aspectos de la psicomotricidad de la persona. Es también un trabajo meditativo y una forma de trabajar la energía interna e inherente de nuestro cuerpo, la cual se denomina “Chi” o “Qi” en medicina tradicional china. Tiene la capacidad, compartida con las otras artes marciales internas y externas, de otorgar coraje a los practicantes para afrontar los retos y dificultades del día a día.
Ayuda a la psique y en los ejercicios de empuje de manos, en pareja, ayuda a desarrollar reflejos y capacidad de reacción así como también nos enseña a encontrar nuestro propio centro, a ceder ante lo agresivo, así como a despegarnos de nuestras inseguridades y miedos, nos ayuda a fortalecer la capacidad de adaptación.
Aunque proviene de un arte marcial (de carácter interno, es decir la fuerza se genera dentro del cuerpo y sale al exterior, no al revés) hoy en día es considerado un deporte, que tiene grandes ventajas: se puede practicar en solitario o en grupo, a cualquier edad y prácticamente en cualquier sitio.
La transmisión maestro-discípulo se realizó ya en la antigua China mediante ejercicios coreográficos para facilitar la memorización de los movimientos, lo que hoy en día hace posible la ya comentada ventaja de poder practicarlo individualmente.
Posee cientos de estilos diferentes con lo cual el abanico donde elegir es notable y hay muchas  opciones de encontrar el que más se asimile a nuestros gustos, intereses o necesidades.
Hoy en día predomina el enfoque terapéutico, pero también se practican el Tai Chi deportivo y el marcial  cada vez en mayor medida.
Este centenario arte chino es probablemente el mejor y más completo sistema de ejercicio y deporte a practicar, ya que por ejemplo, en natación (otro deporte interesante por lo que se refiere a la parte terapéutica) el objetivo es ir de un lado a otro de la piscina, en cambio, aquí lo que se busca es muy distinto y no se puede encontrar en ningún otro sitio, se busca el bienestar personal, las buenas sensaciones, el saber ceder en un conflicto o actuar ante la adversidad, etc. En definitiva, el no tener un rival al que tener que atacar o una meta a la que llegar, hacen de éste un deporte auténticamente único y recomendable para todos, pero hago hincapié en que es un deporte que se puede disfrutar todavía más siendo joven.

martes, 7 de mayo de 2013

XV MARATÓN TAI CHI ESPAÑA 2013

El próximo domingo, día 12 de mayo de 2013 se celebrará en el Maremágnum de Barcelona la XV Maratón de Tai Chi de España. Se celebrará entre las 10:30h y las 15:00h. Además de participar muchísima gente y diferentes maestros será un acontecimiento muy importante dentro del mundo del Tai Chi Chuan. Aquí os dejo el link del evento: http://taijifushun.org/

viernes, 6 de abril de 2012

Los cinco elementos y los ocho trigramas del Tai Chi

Añado el círculo de creación-destrucción de los cinco elementos chinos y los 8 trigramas del Tai Chi Chuan por si a alguien le interesa:

Entrenamiento de la forma 24 de Tai Chi Chuan (forma Pekín, estilo Yang)

Se debe de seguir una premisa: practicar la forma con un profesor o profesora competente y además practicar unos 20 minutos en casa cada día. Una buena práctica es la de realizar la forma con la correcta respiración (que también dependerá de qué uso queramos darle o, mejor dicho, de como enfocamos nuestro Tai Chi). Una vez se domine totalmente la forma respirando naturalmente se debe aprender (como siempre repito) con un/a buen/a maestro/a a realizar las respiraciones que tocan, por ejemplo, empezando por la abdominal normal, después ya se puede pasar a cosas más complicadas. Siempre con alguien que nos esté vigilando e instruyendo correctamente. No vale eso de hacerlo por cuenta de uno/a mismo/a. Como nos dirá nuestro/a maestro/a, es aconsejable empezar la sesión de entrenamiento con unos ejercicios de Chi Kung (Qi Gong), unos ejercicios de estiramiento y algunos de meditación (siempre y cuando nos encontremos bien mental-emocionalmente en ese momento, de lo contrario la sensación que sentiríamos luego sería extraña y desagradable). Siempre empezaremos con el saludo de Tai Chi que consiste en bajar la cabeza tapando nuestro puño derecho por encima (por la parte del pulgar) con la mano izquierda, nunca hacer lo contrario ya que simbólicamente quiere decir que de aquel o aquella a quien saludas es tu enemigo. También se pueden incluir, antes de empezar a practicar la forma, ejercicios de Mabu (como si rodeáramos un gran árbol abrazándolo) durante unos minutos con los hombros relajados y en posición del jinete, variando la altura de los brazos en tres ocasiones, de más abajo a más arriba, pasando por los tres tantiems (más o menos). Recordemos la ubicación de los tantiems: uno se encuentra unos dedos por debajo del ombligo, otro en el centro del pecho a la altura del corazón y el tercero está en la cabeza, entre los ojos). Después viene el trabajo de la forma y, a veces, se le añade un poco de tuy shou (empuje de manos, ejercicio básico en el Tai Chi), las aplicaciones marciales…pero eso lo tiene que decir siempre la persona al cargo de la clase. Acabamos con los ejercicios de meditación, de Chi Kung y el saludo.