lunes, 16 de enero de 2012

CONTINUANDO CON EL ENTRENAMIENTO: PERSONA TAI CHI

Hace mucho que no escribo en este blog, pero durante este tiempo he estado practicando Tai Chi para hacerlo mejor cada día que pasa. Este arte centenario (conocido también como deporte, arte marcial o conjuntos de ejercicios para alcanzar el equilibrio, la harmonía y una mejor salud, así como un mejor bienestar energético y espiritual), se entiende hoy en día de dos formas distintas, una es para lograr una mayor longevidad y todos los aspectos terapéuticos de su práctica regular únicamente a nivel de salud y la otra es su aspecto de arte marcial interno, es a este tipo de práctica a la que me referiré en todo momento hasta el fin del texto. Como creo haber dicho con anterioridad cuesta mucho de practicar (a pleno rendimiento, correcta respiración incluida), de aprender, pues al principio los lentos progresos resultan, a veces, frustrantes, y cuesta aún mas de comprender y aún más de enseñar bien. Dicen que para el Tai Chi Chuan es necesario toda una vida de entendimiento, comprensión y dedicación y, por supuesto, entrenamiento prácticamente diario. Aún así ni con toda una vida se podría llegar a abarcar todo el conocimiento que nos brinda el Taiji Quan pues son tantos los estilos, formas, con y sin armas… que se han inventado a lo largo de los cientos de años de vida del Tai Chi Chuan por los diferentes maestros de dicho arte marcial que nos costaría más de 200 años de vida conocer todas y cada una de las posiciones y movimientos de los diferentes estilos. ¿Por qué cuesta tanto el Tai Chi al principio? Por muchas razones: ya que hasta que no se domina la forma inspirando y exhalando en el momento adecuado de forma natural, hasta que no se pasa a los otros tipos de respiración, hasta que no se consigue estar quieto como un tronco clavado en el suelo y flexible como la hierba ante el viento, hasta que no se es consciente de la relación que mantienen mente y cuerpo, la mente profunda, el cuerpo y la energía, hasta que no se llega al punto de verlo todo y a la vez no ver nada de lo que pasa a tu alrededor y hasta que no se llega al punto de estar haciendo Tai Chi en “modo automático” (miras, piensas, y te das cuenta de que no te acuerdas de lo que has hecho hace un momento, pero tienes una inmensa sensación de bienestar y algo te dice que lo estas haciendo “bien”) y sobre todo cuando llevas los principios mismos del Taiji y del yin y el yang a tu vida cotidiana, hasta ese momento…no se es una persona Tai Chi.